Institución
Educativa San Marcos
Origen de la
Literatura Española:Jarchas, Moaxajas y Zéjeles
Área de
Lenguaje – Docente Jaime Aldana
Pregunta
problematizadora:
¿Qué
importancia tiene para nosotros el estudio de la Literatura Española
en su fase inicial?
Según las últimas investigaciones
del biólogo neozelandés Quentin D. Atkinson, el habla humana, tal y como hoy la
entendemos, tiene entre 50.000 y 100.000 años de antigüedad, cuando la
lingüística tan sólo le daba 9.000.
La utilización del lenguaje por
el hombre y la posibilidad de nombrar los seres y las cosas que le rodeaban le
dio el dominio de la naturaleza y del reino animal. A través de este
instrumento, fue capaz de transmitir la cultura y de elaborar textos orales y
escritos, en los que no siempre lo importante era el contenido sino también la
forma de expresar éste.
Así surge la literatura, que es
una forma especial de utilizar el lenguaje. En castellano, las primeras
manifestaciones literarias, que nos han llegado, son las
jarchas, breves poemas
en mozárabe, que actuaban como estribillos de una composición mayor, llamada
moaxaja, y que datan los más antiguos del siglo X.
Estos son breves poemas,
protagonizados por mujeres, que hablan de sus experiencias amorosas:
“¡Tanto amar, tanto amar,
amado, tanto amar!
Enfermaron mis ojos brillantes
y duelen tanto.”
* * * *
“Mi corazón se va de mí.
Oh Dios, ¿acaso volverá a mí?
¡Tan fuerte mi dolor por el
amado!
Enfermo está, ¿cuando sanará?”
En ellas las voces femeninas que expresan la intensidad de su amor o
lamentan la pérdida o la ausencia de la persona amada, y no deja de sorprender
que, mediante un lenguaje tan sencillo, valiéndose sólo de las exclamaciones,
las repeticiones y los diminutivos, profundizan y dan a conocer sus
sentimientos. Y cuando las leemos experimentamos las mismas sensaciones. Esos
momentos placenteros reconfortan el espíritu humano.
La moaxaja es un tipo de poema
culto que tuvo su momento de esplendor en Al-Ándalus entre los siglos
IX y XII. Está escrita en versos cortos, debido a influencias de la lírica
popular. Los propios árabes se referían a veces a las moaxajas como
“cancioncillas al estilo de los cristianos”. La puso de moda en la corte
cordobesa el poeta Moccadan de Cabra.
El final de cada poema está rematado con una coplilla romance: la
jarcha. Podríamos decir que el cuerpo de la moaxaja está en la lengua literaria
del autor, pero toda la composición se concibe como presentación de estos
versillos en romance (o en árabe vulgar) que le sirven de remate o terminación.
Mientras
que las moaxajas eran
composiciones destinadas a un protector (personaje con cierto poder), las
jarchas están constituidas por lamentos del amor femenino, casi siempre
causados por la ausencia del amado y a veces vertidos en presencia de una
confidente como la madre o las hermanas. El amor es el pretexto y el tema de
sentimientos expresados en forma directa, con profusión de interjecciones y
preguntas que contribuyen a crear un clima apasionado.
A continuación un ejemplo, la
primera estrofa corresponde a la moaxaja y la segunda a la jarcha traducida al
español:
Sólo con los rubios
Sólo con los rubios
se deleitan mis ojos:
ramos son de plata
que echan hojas de oro.
¡Si besar pudiera
de esas perlas el chorro!...
Cuánta hermosa moza,
que de amor desatina
ve sus labios rojos,
que besar bien querría.
¡Madre, que amigo!
bajo su guedejuela rubita,
el cuello blanco,
y la boquita coloradita.
En el
caso del zéjel, su estructura es en esencia la misma que la de las moaxajas,
sólo que mientras en la moaxaja el ritmo lo marca la jarcha, el zéjel carece de
ella y es el estribillo o markaz quien establece el
ritmo del poema. El zéjel era cantado por coro o solista. Era
una forma muy popular en al Ándalusysolía acompañarse de laúd, flautas, tambores y castañuelas,
en ocasiones se bailaba.
Tuvo
gran repercusión en el mundo árabe de la época, como reseña el
historiador IbnGalib. También tenía éxito en los reinos cristianos, que pagaban altas retribuciones a
los juglares moros.
El
zéjel, de ordinario, consta de un estribillo sin estructura fija, que cantaba
el solista. Consta de cuatro versos, los tres primeros constituyen la mudanza y
son asonantes y monorrimos; el cuarto, llamado de vuelta, rima con
el estribillo.
[Estribillo]
Allá se me ponga el sol
do
tengo el amor.
[Mudanza]
Allá se me pusiese
do mis
amores viese
antes
que me muriese
[Vuelta]
con este dolor.
[Estribillo] Allá se
me ponga el sol
do tengo el amor.
Fueron
creadas por poetas cultos árabes y judíos que se inspiraban en
cancioncillas románicas de tipo popular. Su importancia radica en que
son el documento más antiguo que se conoce de la poesía en lengua romance.
Actividad # 1
1.
Definamos
a.
Jarcha
b.
Moaxaja
c.
Zéjel
2.
Identifiquemos el
significado de las siguientes palabras:
Rapsodas, Juglares,
Mozárabe, Estribillo, Moros, Al Andalus, Asonante, Monorrimo, entre otras que
considere.
3.
Identifica el tipo de
manifestación de literatura española (Jarcha, Moaxaja o Zéjel) presente en cada
una de los siguientes textos y explique porqué.
4.
A qué hace referencia
cada una de los siguientes textos… Quién lo escribe… A quién va dirigido…
¡Ay fortuna, (a)
cógeme esta aceituna!
(a) [Estribillo de 2 versos]
Aceituna lisonjera (b)
verde y tierna por defuera,
(b)
y por dentro de madera,
(b) [Mudanza]
¡fruta dura e importuna!
(a) [Vuelta]
¡Ay fortuna, (a)
cógeme esta aceituna!
(a) [Repetición del estribillo]
Fruta en madurar tan larga (c)
que sin aderezo amarga; (c)
y aunque se coja una carga,
(c) [Mudanza]
se ha de comer sola una.
(a) [Vuelta]
¡Ay fortuna, (a)
cógeme esta aceituna! (a)
[Estribillo de 2 versos]
****
Decidme, ay hermanitas,
¿cómo contener mi mal?
Sin el amado no viviré:
¿adónde iré a buscarlo?
Mi corazón se me va de mí.
Oh Dios, ¿acaso se me tornará?
¡Tan fuerte mi dolor por el amado!
¿cómo contener mi mal?
Sin el amado no viviré:
¿adónde iré a buscarlo?
Mi corazón se me va de mí.
Oh Dios, ¿acaso se me tornará?
¡Tan fuerte mi dolor por el amado!
Enfermo está, ¿cuándo sanará?
¿Qué haré, madre?
Mi amado está a la puerta.
¿Qué haré, madre?
Mi amado está a la puerta.
****
de las estrellas, pesa en los sentidos
de la amante, y la invita
a susurrar su queja
al amigo que escucha
apoyado en la amable celosía:
de la amante, y la invita
a susurrar su queja
al amigo que escucha
apoyado en la amable celosía:
Amo a Yusuf, el de los ojos negros,
de la rauda palabra,
de la sonrisa llena de promesas
y osadas sugerencias, tentaciones
que me hacen retirarme ruborosa
a mi balcón cerrado.
de la rauda palabra,
de la sonrisa llena de promesas
y osadas sugerencias, tentaciones
que me hacen retirarme ruborosa
a mi balcón cerrado.
A ti, amigo,
que sabes recoger mi confidencia,
a ti te cuento todo:
Yusuf ha trastornado mis días y mis noches
pero ya no lo veo por mi calle.
Añoro sus cantares
y su gallardo andar.
que sabes recoger mi confidencia,
a ti te cuento todo:
Yusuf ha trastornado mis días y mis noches
pero ya no lo veo por mi calle.
Añoro sus cantares
y su gallardo andar.
Al escucharlo estallo
en una risa nueva, incontenible
como la dicha que el Creador ha dado
a bienaventurados y elegidos.
El me mira y sonríe
pero a poco se esfuma
sin contemplar mis lágrimas que brotan
cuando lo veo alejarse.
en una risa nueva, incontenible
como la dicha que el Creador ha dado
a bienaventurados y elegidos.
El me mira y sonríe
pero a poco se esfuma
sin contemplar mis lágrimas que brotan
cuando lo veo alejarse.
La gracia de Yusuf es tan preciosa
como mil bendiciones, su mirada
me hace temblar, y temo despojarme
del pudor que protege a la doncella
y lanzarme en sus brazos y decirle:
“¿Acaso no comprendes que te aguardo
y que te pertenezco?”
como mil bendiciones, su mirada
me hace temblar, y temo despojarme
del pudor que protege a la doncella
y lanzarme en sus brazos y decirle:
“¿Acaso no comprendes que te aguardo
y que te pertenezco?”
Amigo, me consumo
por lo que no recibo,
un beso de Yusuf sería mi muerte
y mi vida a la vez.
No sé cómo decirle con miradas
lo que callan mis labios,
pero Yusuf ha huido de mi puerta.
por lo que no recibo,
un beso de Yusuf sería mi muerte
y mi vida a la vez.
No sé cómo decirle con miradas
lo que callan mis labios,
pero Yusuf ha huido de mi puerta.
Temo que este dolor devore mi alma
y acabe con mis días,
porque sé que Yusuf teme mi encuentro
aunque ha puesto sus ojos muchas veces
en mi rostro y mi cuerpo tembloroso.
y acabe con mis días,
porque sé que Yusuf teme mi encuentro
aunque ha puesto sus ojos muchas veces
en mi rostro y mi cuerpo tembloroso.
Quizás le han dicho que se perdería
si amara a una cristiana
de ojos azules y cabellos sueltos
que reciben el beso de la lluvia y el aire
y que lee los libros de los sabios.
si amara a una cristiana
de ojos azules y cabellos sueltos
que reciben el beso de la lluvia y el aire
y que lee los libros de los sabios.
Dile a Yusuf que el Creador nos hizo
semejantes a todos,
que Su Ley no conoce diferencias
entre pueblos y razas. Que el Profeta
aceptó los consejos de Khadija,
que no escuche a quien llena su corazón de dudas,
que si ronda mi puerta nuevamente
la encontrará entreabierta.
semejantes a todos,
que Su Ley no conoce diferencias
entre pueblos y razas. Que el Profeta
aceptó los consejos de Khadija,
que no escuche a quien llena su corazón de dudas,
que si ronda mi puerta nuevamente
la encontrará entreabierta.
Oh, Yusuf, mi señor,
esta triste gacela padece por tus besos,
consuélala, acude a su llamado
o hazle al menos saber que no la olvidas.
esta triste gacela padece por tus besos,
consuélala, acude a su llamado
o hazle al menos saber que no la olvidas.
****
El español, como muchos otros idiomas (portugués,
francés, italiano, catalán) tiene una base común, el latín. El Imperio
Romano al extenderse por Europa no sólo llevó conquista, tecnología y
estructura social, sino que dejó un legado mucho más importante y duradero,
la lengua.
En todo el imperio se hablaba el idioma de la
madre Roma, pero tras la disgregación de éste y con la creación (o al menos
el esbozo) de los nuevos estados, cada comunidad de hablantes sufrió las
evoluciones propias de su región, influidos por otras muchas causas de
índole cultural, social o económico. Así en plena
Baja Edad Media, el latín vulgar, exportado y difundido por los soldados
del imperio se transformó en las diferentes lenguas romances que evolucionaron
hasta convertirse en los idiomas modernos que conocemos.
Estas lenguas fueron consideradas en un principio
de uso exclusivo por el pueblo llano y por lo tanto, no idóneas para el cultismo
de las cortes o de las diferentes composiciones poéticas. Pero a partir
del siglo IX, en la España influenciada por la cultura árabe, se produce
un cambio que será fundamental para la futura evolución de esta lengua
vulgar.
En el sur de la Península, los árabes utilizaban
su propio idioma para comunicarse, escribir y transmitir su cultura. Una
composición poética que aparece en el siglo IX, en árabe culto, es
la moaxaja (adornado con cinturón de doble vuelta), un poema con
cinco o siete estrofas con idéntica estructura rítmica, dividido por la
rima en dos partes: una con rimas independientes y la otra con rimas dependientes
en todas las estrofas.
Pero la importancia que cobra la moaxaja para
el español no se debe a su métrica, ni a sus versos, ni a su rima, la verdadera
importancia radica en que muchas de ellas añadían una última estrofa llamada jarcha.
La jarcha es definida como una composición
lírica popular de la España musulmana. Estaban escritas en hispanoárabe
coloquial o en romance y sus creadores eran árabes cultos o judíos que las
recogieron del folclore tradicional y las adaptaron a sus necesidades
métricas para integrarlas en las moaxajas.
La temática de las jarchas generalmente
es de índole amatoria. Un muchacho o una muchacha que explica sus experiencias
amorosas a su madre o hermanos. Utilizan un léxico muy sencillo en el
que abundan las exclamaciones, diminutivos y la primera persona
femenina.