LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA



Orígenes del Teatro Español
En la Edad Media española existieron representaciones teatrales, unas de carácter religioso y otras, de carácter profano. Eran los primeros pasos de un teatro primitivo. Las representaciones religiosas se hacían en los templos o en portales y atrios, sobre temas tomados de la Biblia, para hacer interpretar más fácilmente los pasajes religiosos o los significados de las festividades. Eran "autos" o escenificaciones de escenas de los misterios, y también moralidades, con personajes alegóricos.

En menor escala, pero también existió un teatro profano culto representado en las cortes y en colegios, sobre temas de los clásicos griegos y latinos. Y un teatro profano popular, que se representaba al aire libre, en esquinas o mesones, interpretado por comediantes y juglares, y que fueron el antecedente de los entremeses y sainetes.

Del teatro religioso primitivo, medieval, la pieza más antigua que se conserva es "El Auto o Misterio de los Reyes Magos", fragmentos en verso que datan de la segunda mitad del S. XII, y que fueran hallados en la Catedral de Toledo en el S. XIII. Se han hallado 147 versos divididos en cinco escenas que representan el nacimiento de Cristo, la estrella que guía a los tres Reyes Magos: Gaspar, Baltasar y Melchor, su ida a Belén, su encuentro con Herodes y la consulta a los rabinos. Cronológicamente es el texto que sigue en fecha al Poema de Mío Cid.

ESCENA I
GASPAR:          
Dios criador, ¡cuál maravilla!
             ¡No sé cuál es aquesta estrella!
             Agora primas la he veida.
             Poco tiempo ha que es nacida.
             ¿Nacido es el Criador
             que es de las gentes señor?
             Non es verdad, no sé qué digo.
             Todo esto non vale un figo.  
             Otra noche me lo cataré.
             Si es verdad, bien lo sabré.
             ¿Bien es verdad lo que yo digo?
             En todo, en todo lo prohío.
             ¿Non puede ser otra señal?
             Aquesto es y non es al;
             nacido es Dios, por ver, de fembra
             en aqueste mes de diciembre.
             Allá iré [d]o que fuere, adorarlo he,
             por Dios de todos lo tendré.

BALTASAR:     
Esta estrella non sé dond viene,
              quien la trae o quien la tiene.
              ¿Por qué es aquesta señal?
              En mis días non vi a tal.
              Ciertas nacido es en tierras
              aquel que en pace y en guerra
              señor ha de ser de oriente,
              de todos hasta en occidente.
              Por tres noches me lo veré
              y más de vero lo sabré.
              ¿En todo, en todo es nacido?
              Non sé si algo he veído;
              iré, lo adoraré
              y pregaré y rogaré.


MELCHOR:      
Val, Criador, a tal facienda
            ¿fue nunca alguandre fallada
            o en escritura trovada?
            Tal estrella non es en cielo,
            de esto soy yo buen estrellero;
            bien lo veo sin escarno
            que un hombre es nacido de carne
            que es señor de todo el mundo.
            Así como el cielo es redondo;
            de todas gentes señor será
            y todo siglo juzgará.
            ¿Es?  ¿Non es?
            Cudo que verdad es.
            veer lo he otra vegada,
            si es verdad o si es nada.
            Nacido es el Criador
            de todas las gentes mayor;
            bien lo veo que es verdad,
            iré allá, por caridad.

Jorge Manrique
Jorge Manrique nació en la Villa de Paredes  de Nava alrededor de 1440. Era familiar del Marqués de Santillana, y perteneció a una de las importantes familias de Castilla. Fue un señor feudal, digno hijo de su padre, quien fuera maestre de la Orden de Santiago. En luchas frente al castillo de García Muñoz fue herido, y eso ocasionó su muerte, en el año 1479. (aproximadamente)

Cuentas que en sus ropas fueron halladas algunas coplas. De Jorge Manrique, se conservan unas 50 piezas, que fueron publicadas en dos cancioneros, después de su muerte. La obra más conocida y que más ha trascendido, son las “Coplas por la Muerte de su Padre” escritas en 1476.

Esta obra está formada por unas 40 coplas, de tema moral. 17 coplas se dedican a elogiar a su padre, el Maestre de Toledo, vencedor en más de 20 batallas., y expresar el dolor por su muerte. Las restantes coplas desarrollan el tema del dolor humano universal, lo efímero de las glorias mundanas y el recuerdo por la honra lograda en la vida terrenal. La versificación utilizada es la llamada Copla de Pie Quebrado (dos versos octosílabos y un tercero de cuatro sílabas, unidos en grupos de doce, que riman con rima consonante, de la siguiente manera: ABc ABc DEf DEf).

COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE

1.- Recuerde el alma dormida
avive el seso e despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer ,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

2.- Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
e acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo non venido
por pasado.
Non se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de pasar
por tal manera.

3.- Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos;
i llegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.


El Libro de Alexandre 
Con el Libro de Alexandre se inicia en España el cultivo de la lengua vulgar por parte de un estamento que hasta entonces la había depreciado: la "clerecía", o en otras palabras, el mundo de los intelectuales de la época.

Alejandro Magno fascinó a esa clerecía porque en él parecían reunirse en grado sumo la teoría y la práctica, el valor y la sabiduría. Al mismo tiempo, se produce el hecho de que la literatura no se circunscribe tan sólo al mundo religioso, sino que se abre a los grandes asuntos de la literatura europea. ElLibro de Alexandre recrea la vida del héroe, sacando un gran partido tanto a la figura de Alejandro como de multitud de situaciones, personajes y lugares interesantes que la leyenda y la historia relacionaban con él. Se nos presenta a Alejandro ya como el artífice de la unión de Grecia contra Persia, y el heraldo de la victoria. La verosimilitud histórica puede, incluso, perderse por completo en algunos pasajes del texto. Alejandro aparece como modelo de héroe guerrero, como modelo didáctico-moral, como hombre curioso, investigador, viajero, deseoso de poseer sin olvidar el saber. Se produce en el texto, quizá, la cristianización de la figura alejandrina.

Se debió escribir entre 1202 y 1207, aunque existen diversas dataciones sobre su nacimiento, al igual que sobre su autoría, desde que fue el propio Gonzalo de Berceo (cosa casi improbable por su edad), a Juan Lorenzo, o quizá un universitario anónimo al servicio de algún magnate. Se han realizado diversos análisis lingüísticos, con el fin de determinar su origen castellano o leonés, y también es difícil, ya que la mano de los copistas desvirtúan en parte el original, tanto en la forma )adaptación lingüística que realizan para entendimiento del pueblo del momento) como en el fondo (cristianización del personaje).

Además, para mayor complejidad, existen dos textos de esta obra: el de la Biblioteca Nacional de Madrid, procedente de la biblioteca de la casa de Osuna, del siglo XIV, o muy finales del siglo XIII, copiado por Fray Lorenzo de Astorga, en León, y el de la Bibliothèque Nationale de París, del siglo XV, aragonés, que el copista atribuye a Gonzalo de Berceo.

El texto está compuesta por unas 2.675 estrofas (unos 10.700 versos), en Cuaderna vía, y se ha convertido en un modelo de toda una tradición poética: el Mester de clerecía, quehacer literario propio de la nueva clase intelectual.


LIBRO DE ALEXANDRE
(Fragmento)

El mes era de mayo    cuando salen las flores,
cuandos vistién los campos    de diversas colores;
juntárons' en el campo    los dos emperadores
nunca se ajuntaron    tales dos nin mejores.

Danïel el profeta,    niño de Dios amado,
dentro en Babilonia    l'hovo profetizado:
que vernié en la sierra    un cabrón mal domado,
quebrantarié los cuernos    al carnero doblado.

Este fue Alexandre,    de los fechos granados,
Dario fue el carnero    de los regnos doblados,
ca Persia e Media,    tan buenos dos regnados,
ambos él los mandava,    mas fueron quebrantados.

Cuando vio Alexandre    tal fazaña de gentes,
començo con cuer malo    de amolar los dientes;
dixo a sus barones:    "Amigos e parientes,
quiérovos dezir nuevas,    meted en ello mientes.

Assaz havedes fechas    faziendas muy granadas,
ya son por tod' el mundo    vuestras nuevas sonadas,
son todas sobre nos    las tierras acordadas,
ond' es menester que    traigamos las espadas.

Agora nos devemos    por barones preçiar,
cuando con tod' el mundo    havemos a lidiar;
nos pocos, ellos muchos,    podrémosnos honrar,
havrán por contasella    de nos much que fablar.

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El Libro de Apolonio 
A diferencia de el Libro de Alexandre, el Libro de Apolonio no está basado en acontecimientos históricos, sino se trata de una aventura puramente literaria: las aventuras de Apolonio, el rey de Tyro, y su hija, la juglaresca Tarsiana. 

Apolonio no es un héroe de espada, sino más bien un héroe intelectual, que trata de encontrar el saber. Su meta es conocer, a través de los libros, las claves para descifrar las causas que provocan los acontecimientos que le van sucediendo.

El autor, anónimo, parte de una fuente de origen clásico, cuyo texto base estaba escrito en latín y cuya datación es dudosa, pudiéndolo situar entre el siglo IX o X. Su título era Historia Apollini regis Tyri. Probablemente este texto, a su vez, tampoco sea original en la historia que nos transmite, sino que se remonte a otras fuentes originaria que se han perdido, y que podría datarse entre los siglos V y VI.

El texto que ha llegado a nuestras manos no es simplemente una traducción literal de su original en latín, sino que ha sufrido por las manos del autor, el proceso de transformación natural de la época: el proceso de cristianización del protagonista, y el proceso de actualización y contemporanización de la época, situándolo entre usos y costumbres propios del siglo XIII.

El texto consta de más de 2.000 versos, todos ellos escritos en Cuaderna vía.

LIBRO DE APOLONIO
(Fragmento)

En el nombre de Dios y de Santa María, 
si ellos me guiassen estudiar querría, 
componer un romance de nueva maestría 
del buen rey Apolonio y de su cortesía. 

El rey Apolonio, de Tiro natural, 
que por las aventuras visco grant temporal, 
cómo perdió la fija y la mujer capdal, 
cómo las cobró amas, ca les fue muy leyal. 

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ARGUMENTO DE LA OBRA
Apolonio, rey de Tiro, viaja hasta Antioquía para pedir la mano de la hija del rey, pero éste ha puesto como condición que el pretendiente debe acertar una adivinanza. Apolonio lo hace; sin embargo, el monarca no reconoce su derrota e intenta asesinarlo. El protagonista, avergonzado, abandona su ciudad y llega a Tarso. Cuando se vuelve a echar a la mar, naufraga frente a las costas de Pentápolis y lo pierde todo. Allí conoce al rey Architrastres y se gana su amistad. Finalmente, se casa con la Luciana, hija del monarca. Sabedor de que Antíoco ha muerto y que el pueblo de Antioquía lo quiere por rey, decide encaminarse allí con su esposa embarazada. Durante la travesía nace Tarsiana y Luciana parece haber fallecido en el parto. La arrojan al mar y es encontrada por un médico de Éfeso, quien consigue reanimarla. Para proteger su honor, Luciana entra en un convento.

Mientras tanto, Tarsiana y Apolonio llegan a Tarso. Allí deja a la niña y parte solo hacia Antioquía. Tarsiana va creciendo en sabiduría y belleza. Dionisa, la mujer que la tiene acogida, decide -por envidia- matarla. Cuando se va a consumar el crimen, unos piratas la raptan y la venden a un prostíbulo de Mitalena. La joven consigue que sus clientes no la mancillen y se ofrece al dueño para trabajar como juglaresa, mester qu´es más sin pecado, / que es más ganancioso y es más hondrado. (copla 422) Allí se enamora de ella Antinágora.

Tras diez años, Apolonio vuelve a Tarso. Dionisa le dice que la niña ha muerto y le enseña una tumba. Apolonio, porque es incapaz de llorar ante el túmulo, no la cree. De regreso a Tiro, una tormenta lleva a Apolonio hasta Mitalena, donde hace amistad con Antinágoras. Gracias a él, se reencuentra con su hija. Antinágoras pide su mano y el padre la concede. Apolonio quiere castigar a Dionisa, pero un ángel le dice que se encamine a Éfeso, donde encuentra a su esposa.

La familia al completo regresa a Tarso. Cuenta Apolonio al concejo la maldad de sus huéspedes y éstos son ejecutados. En Antioquía, el pueblo le ofrece a Apolonio la ciudad y éste se la cede a su yerno. De regreso a Pentápolis, nace el segundo hijo de Apolonio y Luciana. Al poco, muere Architrastres. Por fin, Apolonio regresa a Tiro, donde fincó el homne bueno mientre le dio Dios vida, / visco con su mujer vida dulce y sabrida; / cuando por fir deste sieglo la hora fue venida, / finó como buen rey en buena fin complida. (estrofa 650)

Bajo esta novela bizantina hay dos enseñanzas:
El estado deste mundo siempre así andido, / cada día se camia, nunca quedo estido; (copla 134)
pero hay que confiar en la Providencia divina porque Dios premia a los buenos y castiga a los malos.

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EL POEMA DE FERNÁN GONZÁLEZ
El texto del Poema de Fernán González narra diferentes hechos históricos de la vida de este personaje histórico y relevante en la historia de España y de Castilla. Sus reiteradas campañas contra el moro en defensa del territorio castellano, sus guerras contra el rey de Navarra, sus debates con el rey de León,  y su protección al monasterio de San Pedro de Arlanza (donde finalmente reposaron sus restos), crean una trama apasionante donde se refleja claramente el papel que el conde Fernán González desempeñó en mantener a la Castilla primitiva su legitima soberanía sobre toda España, al mantenerse desde el principio fuera del alcance de la invasión árabe.

El autor de la obra, anónimo, en estrofas en Cuaderna vía parece ser que no conoce muchos detalles de los hechos históricos en sí, ya que no quedaron escritos por ningún historiador de la época de Fernán González ni posteriores a él, sino que su transmisión fue oral, por lo que el texto trata de explicar y desarrollar los hechos conforme a la mentalidad y la lingüística del siglo XIII, acudiendo a veces a la imaginación y otras a las distintas fuentes populares que circulaban (cantares de gestas, tradiciones, leyendas,...).

Nada se sabe pues del nombre del autor. La obra pudo ser compuesta entre los años 1250 y 1266.

POEMA DE FERNÁN GONZÁLEZ
(Fragmento)

En el nombre del Padre que fizo toda cosa,
Del que quiso nascer de la Virgen preciosa, 
Del Espíritu Santo, que igual dellos posa, 
Del Conde de Castilla quiero facer una prosa. 
   
El Señor que crió la tierra e la mar,
De las cosas pasadas, que yo no pueda contar, 
El, que es buen maestro, me debe demostrar 
Cómo cobró la tierra toda de mar a mar.  


GONZALO DE BERCEO
De la vida de Gonzalo de Berceo existen pocos datos biográficos. Su nacimiento se supone se produjo a finales del siglo XII, fue niño de coro y educado en el monasterio de San Millán de la Cogolla por los monjes benedictinos, aunque nunca perteneció a la orden benedictina; quizás era clérigo o sacerdote secular, probablemente notario, según consta como testigo en diversos documentos del monasterio. Existen también algunas posibles relaciones con la Universidad de Palencia, donde se habría formado entre 1223 y 1236.

De su obra se sabe mucho más. La obra de Gonzalo de Berceo tenía una clara intencionalidad didáctica religiosa, tanto en el sentido moral como dogmático. Apartándose de la complejidad de los manuales teológicos de la iglesia de la época, establece un lenguaje sencillo, llano que el pueblo puede comprender sin esfuerzos, y utiliza con gran maestría la técnica de la cuaderna vía.

Su obra, a nivel temático, se podría presentar en tres grupos:

Vidas de santos:
Vida de San Millán.
Vida de Santo Domingo de Silos.
Poema Santa Oria
Martirio de San Lorenzo.

Poemas marianos:
Loores de la Virgen.
Duelo de la Virgen.
Milagros de Nuestra Señora.

Poemas de otros temas religiosos:
De los signos que aparecen antes del Juicio Final.
Del sacrificio de la misa.

La relación de obras de Vidas de santos, las realizó Gonzalo de Berceo para promover el culto de los santos relacionados con el monasterio de San Millán de la Cogolla: Santo Domingo de Silos, que allí había sido prior; Santa Oria, antaño recluida en el cenobio, y sepultada junto a él; San Lorenzo, que daba nombre al pico que domina la zona; y el propio San Millán, cuya vida y milagros cuenta el poeta subrayando que toda Castilla y muchos pueblos de Navarra tenían la obligación de ofrecer un tributo anual a la Cogolla, para cumplir así la promesa que supuestamente había hecho el conde Fernán González en agradecimiento por la celestial protección que San Millán le brindó en una batalla.

Si atendemos a su contenido didáctico y teológico, sus obras las podemos presentar en dos grupos:

Obras didácticas a nivel teológico-moral, que difunden la vida de una serie de personales que han seguido el camino correcto de la virtud (Vidas de santos), y cuya estructura es similar en todas las obras: exordium (invocación a Dios), captatio benevolentias (captación de la audiencia), preparación del público a escuchar una historia, infancia y juventud del personaje (orígenes humildes en un medio pastoril), visita al preceptor espiritual, vida erminística (búsqueda de la virtud) y la santidad ratificada por los milagros, tanto en vida como después de la muerte.

Obras didácticas a nivel teológico-dogmáticas, que tratan de transmitir el conjunto de verdades que conforman la esencia religiosa, sobre la que se basa la piedad del individuo, que Gonzalo de Berceo representa en la figura de la Virgen. (Poemas marianos). La Virgen es, según él, la figura intercesora entre Dios y el hombre. De entre este tipo de obras, destaca sin duda: Milagros de Nuestra Señora; una colección de relatos (25) donde se narran distintas obras milagrosas realizadas por la Virgen. Se supone que dichos relatos proceden de una fuente latina anterior, que Gonzalo de Berceo tradujo y adaptó a esta versión. Su estructura es constante: el individuo protagonista es trasgresor de alguna norma moral y receptor de la piedad por manos de María.

MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA
Comienza con una introducción alegórica en la que el autor se presenta a sí mismo en una naturaleza idealizada, descanso del hombre, que simboliza las virtudes y perfecciones de la Virgen. A continuación, se suceden veinticinco milagros realizados por la Virgen a favor de personas que sienten una gran devoción por ella. Berceo no inventa, sólo pretende difundir en lengua romance los relatos ya existentes sobre la Virgen, los cuales él modifica con libertad. Las principales características de los Milagros son las siguientes:

Berceo introduce elementos cotidianos para atraer a sus oyentes.
Emplea elementos del arte juglaresco, como el uso de expresiones para llamar la atención de sus oyentes.
Al final de cada relato aparece una moraleja o enseñanza para hacer comprender al oyente las ventajas que reporta ser un devoto de la Virgen.
Se pueden distinguir tres grupos de milagros:
·         En los que María premia o castiga a los hombres, como "La casulla de San Ildefonso".
·         En los que la Virgen perdona y logra salvar de la condenación a sus devotos, como "El sacristán impúdico".
·         En los que los personajes sufren una crisis espiritual y María les ayuda a solucionar el conflicto, como "La abadesa encinta".

MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA
(Ejemplo)
  
Era un simple clérigo,     pobre de clerecía,
dicié cutiano missa    de la sancta María;
non sabié decir otra,    diciéla cada día,
más la sabié por uso    qe por sabiduría.

Fo est missacantano    al bispo acusado
qr era idïota,    mal clérigo provado;
El Salve Sancta Parens    sólo tenié usado,
non sabié otra missa    el torpe embargado.

Fo durament movido    el obispo a sanna,
dicié: "Nunqua de preste    oí atal hazanna".
Disso: "Dicif al fijo    de la mala putanna
qe venga ante mí,    no lo pare por manna".

Vino ant el obispo    el preste peccador,
avié con el grand miedo    perdida la color,
non podié de vergüenza    catar contra'l sennor,
nunqa fo el mesquino    en tan mala sudor.



ALFONSO X EL SABIO
Alfonso X de Castilla (Toledo23 de noviembre de 1221 — Sevilla4 de abril de 1284), llamado el Sabio, fue rey de Castilla1 (1252-1284).

A la muerte de su padre, Fernando III El Santo, reanudó la ofensiva contra los musulmanes, ocupando Jerez (1253) y Cádiz (c. 1262). En 1264 tuvo que hacer frente a una importante revuelta de los mudéjares de Murcia y el valle del Guadalquivir. Como hijo de Beatriz de Suabia, aspiró al trono del Sacro Imperio Romano Germánico, proyecto al que dedicó más de la mitad de su reinado sin obtener éxito alguno. Los últimos años de su reinado fueron especialmente sombríos, debido al conflicto sucesorio provocado por la muerte prematura de Fernando de la Cerda, primogénito de Alfonso X, y la minoridad de sus hijos, lo que desembocó en la rebelión abierta del infante Sancho y gran parte de la nobleza y las ciudades del reino. Alfonso murió en Sevilla durante el transcurso de esta revuelta, no sin antes haber desheredado a su hijo Sancho.

Llevó a cabo una activa y beneficiosa política económica, reformando la moneda y la hacienda, concediendo numerosas ferias y reconociendo al Honrado Consejo de la Mesta.

También es reconocido por la obra literaria, científica, histórica y jurídica realizada por su escritorio real. Alfonso X patrocinó, supervisó y a menudo participó con su propia escritura y en colaboración con un conjunto de intelectuales latinos, hebreos e islámicos conocido como Escuela de Traductores de Toledo, en la composición de una ingente obra literaria que inicia en buena medida la prosa en castellano.
JUAN RUIZ, Arcipreste de Hita 
Juan Ruiz (Alcalá de Henares,1 [a] c. 1284 - c. 1351), conocido como el Arcipreste de Hita, fue el creador de una obra miscelánea predominantemente narrativa en verso que constituye una de las obras literarias más importantes de la literatura medieval española, el Libro de buen amor.

Fue clérigo y ejerció de arcipreste en Hita, actual provincia de Guadalajara. Se conocen muy pocos datos de su biografía, apenas su nombre y el de uno de los protagonistas de su libro, Ferrán García, en un documento de un cedulario que se conserva en la catedral de Toledo. Los aspectos pseudobiográficos de su obra hicieron que algunos eruditos tratasen de deducir ciertos aspectos de la vida del autor. Nació probablemente en Alcalá de Henares —aunque Emilio Saéz y José Trenchs han postulado la jienense Alcalá la Real—, hacia 1283. Debió cursar estudios en Toledo, Hita, Alcalá de Henares o alguna localidad de esta zona y seguramente fue encarcelado por orden del arzobispo de Toledo Gil de Albornoz. Sin embargo, filólogos como Spitzer, M.R. Lida y Battaglia han cuestionado el rigor de muchos de estos supuestos. Igualmente fue un gran aficionado a la música, como lo prueba su conocimiento de la materia a través del léxico muy especializado que maneja. Escribió, que se conozca, una única obra, el Libro de buen amor, quizá redactada en la cárcel. Se ha estimado que su muerte ocurrió antes de 1351, pues en ese año ya no era arcipreste de Hita, cargo que para dicha fecha ocupaba un tal Pedro Fernández.



EL LIBRO DEL BUEN AMOR
Escrito en el siglo XIV (1381-1389), en plena Edad Media española, por Juan Ruiz, Arcipreste de Hita (Guadalajara, diócesis de Toledo), nacido en Alcalá de Henares (Madrid). Un arcipreste es un cargo religioso que dirige una zona de una diócesis (a su vez, la diócesis es administrada por un obispo).



Mediante continuos recursos irónicos, el autor equilibra la desvergüenza y la delicadeza en un texto tan didáctico como humorístico, tan piadoso como lujurioso. Y tan sencillo en ocasiones y oscuro en otras como corresponde a los escritos de un clérigo de hace setecientos años. En un fragmento (sobre el sacramento de la penitencia), el autor avisa de que:

“Escolar soy muy rudo, ni maestro ni doctor,
aprendí y sé poco para ser demostrador;
esto que yo digo entiéndalo usted mejor;
bajo la vuestra enmienda pongo el mi error.”

El título actual dado a toda la obra (Libro de buen amor) se infiere de los propios comentarios que contiene, puesto que ha llegado hasta nosotros sin una denominación genérica clara. Lo propuso el filólogo Ramón Menéndez Pidal en 1898. Nótese que se le denomina “de” buen amor, y no “del” buen amor.

El Libro se enmarca en la ideología religiosa castellana de la época, algo más cercana en lo erótico al texto hebreo original de la Biblia y sus interpretaciones (donde el sexo no se considera malo) que a la versión oficial del tema que se pretende imponer desde Roma, en la que el placer sexual no es admitido como algo positivo. El Arcipreste (sacerdote de cierta categoría) habla con naturalidad en su obra de la extendida barraganía de los clérigos (tener una mujer como pareja civil, sin casarse por la Iglesia), e incluso de sus amores con una monja.

El Libro es fundamentalmente un catálogo de artes amorosas, con la supuesta intención de evitar el “loco amor” (el que se fundamenta en las pasiones) y promover el “buen amor” (el que respeta las convenciones morales). Pero se trasluciría una intención de “obra abierta” en la que la interpretación del texto la da el tipo de lector.

No obstante, las corrientes historiográficas más recientes (Stuart Clark, María Tausiet) hablan de un lenguaje “de inversión” propio de la Edad Media y el Renacimiento, en el que el Libro se enmarcaría con facilidad, mostrando lo que no es permisible para ejemplificar en sentido contrario. Aunque desde una perspectiva actual el texto se puede tomar simplemente como una gran parodia humorística.

ELOGIO A LA MUJER CHIQUITA
Quiero abreviar, señores, esta predicación
porque siempre gusté de pequeño sermón
y de mujer pequeña y de breve razón,
pues lo poco y bien dicho queda en el corazón.

De quien mucho habla, ríen; quien mucho ríe es loco;
hay en la mujer chica amor grande y no poco.
Cambié grandes por chicas, mas las chicas no troco.
Quien da chica por grande se arrepiente del troco.

De que alabe a las chicas el Amor me hizo ruego;
que cante sus noblezas, voy a decirlas luego.
Loaré a las chiquitas, y lo tendréis por juego.
¡Son frías como nieve y arden más que el fuego!

Son heladas por fuera pero, en amor, ardientes;
en la cama solaz, placenteras, rientes,
en la casa, hacendosas, cuerdas y complacientes;
veréis más cualidades tan pronto paréis mientes.

En pequeño jacinto yace gran resplandor,
en azúcar muy poco yace mucho dulzor,
en la mujer pequeña yace muy gran amor,
pocas palabras bastan al buen entendedor.

Es muy pequeño el grano de la buena pimienta,
pero más que la nuez reconforta y calienta:
así, en mujer pequeña, cuando en amor consienta,
no hay placer en el mundo que en ella no se sienta.

Como en la chica rosa está mucho color,
Como en oro muy poco, gran precio y gran valor,
como en poco perfume yace muy buen olor,
así, mujer pequeña guarda muy gran amor.

Como rubí pequeño tiene mucha bondad,
color virtud y precio, nobleza y claridad,
así, la mujer chica tiene mucha beldad,
hermosura y donaire, amor y lealtad.

Chica es la calandria y chico el ruiseñor,
pero más dulce cantan que otra ave mayor;
la mujer, cuando es chica, por eso es aún mejor,
en amor es más dulce que azúcar y que flor.

Son aves pequeñuelas papagayo y orior,
pero cualquiera de ellas es dulce cantador;
gracioso pajarillo, preciado trinador,
como ellos es la dama pequeña con amor.

Para mujer Pequeña no hay comparación:
terrenal paraíso y gran consolación,
recreo y alegría, placer y bendición,
mejor es en la prueba que en la salutación.

Siempre quise a la chica más que a grande o mayor;
¡escapar de un mal grande nunca ha sido un error!
Del mal tomar lo menos, dícelo el sabidor,
por ello, entre mujeres, ¡la menor es mejor!
FERNANDO DE ROJAS
Fernando de Rojas debió nacer entre 1473 y 1476 en La Puebla de Montalbán (Toledo). Sus antepasados fueron judíos hasta que uno de ellos -acaso su bisabuelo- se convirtió al cristianismo, por lo que Fernando perteneció a una familia de conversos.

Hacia 1488 se trasladó a Salamanca, en cuya Universidad estudiaría latín, filosofía y otras materias necesarias para obtener el título de bachiller en leyes, tras, al menos, seis años de estudios de Derecho. Durante estos años, redactaría los quince últimos actos de su única obra conocida, que apareció impresa en 1499 con el nombre de Comedia de Calisto y Melibea. Más tarde reconocería ser un mero continuador de poco más del primer acto, que atribuyó a Juan de Mena o Rodrigo de Cota. En los siguientes años, se ampliarían a veintiuno los dieciséis actos de la edición original y pasaría a conocerse como Tragicomedia de Calisto y Melibea.

En 1507, por un altercado fiscal con un vecino, se traslada a Talavera de la Reina, donde ejerce su profesión hasta el final de sus días. También ahora contrae matrimonio con Leonor Álvarez de Montalbán, hija, igualmente, de conversos. De ella tuvo siete hijos que alcanzaran la madurez, el primogénito de los cuales continuó la carrera de su padre. En 1525 fracasó al intentar representar a su suegro en un proceso inquisitorial, debido a su condición de converso. Hacia 1538 debió ser Alcalde de Talavera, y, quizá lo había sido ya antes.

Murió el año de 1541 sin hacer la menor alusión a su obra -que pronto se conoció como La Celestina-. Se discute que su situación haya sido la que se suele esperar en un converso, es decir, la de alguien acosado por una sociedad cruel. Su testamento refleja el estado de un hombre respetado y dotado de un considerable patrimonio.

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